Problemas sexuales femeninos más frecuentes

Los Problemas sexuales femeninos puede producirse en cualquier etapa de la vida. Puede darse en ciertas o en todas las situaciones sexuales

Indice

En este artículo vamos a conocer algunas de los problemas sexuales femeninos. Muchas mujeres tienen problemas con el sexo en algún momento de su vida. Según estudios los problemas sexuales afectan cerca del 50% de las mujeres y se vuelven más comunes a medida que las mujeres envejecen.

Los problemas sexuales femeninos son una realidad que muchas mujeres experimentan en algún momento de su vida. A menudo, estos problemas pueden tener un gran impacto en la calidad de vida y la salud mental de las mujeres, así como en sus relaciones íntimas. Aquí te presentamos algunos de los problemas sexuales femeninos más comunes.

Disfunción sexual femenina: Esta es una categoría general que engloba una variedad de problemas sexuales, incluyendo la disfunción del deseo sexual, la disfunción orgásmica y el dolor durante el acto sexual.

Dolor durante el coito: Muchas mujeres experimentan dolor durante el coito, lo que puede deberse a una variedad de factores, como la sequedad vaginal, las infecciones urinarias, los trastornos hormonales o las condiciones médicas como la endometriosis.

Bajo deseo sexual: La falta de interés en el sexo puede ser un problema para muchas mujeres, y puede deberse a una variedad de factores, como el estrés, la ansiedad, la depresión, la falta de comunicación en la relación, los problemas de salud y los medicamentos.

Dificultad para alcanzar el orgasmo: Muchas mujeres tienen dificultades para alcanzar el orgasmo, lo que puede ser frustrante y disminuir el placer sexual. Este problema puede deberse a una variedad de factores, como la falta de estimulación adecuada, la ansiedad, el estrés y la depresión.

Es importante señalar que estos problemas sexuales femeninos son comunes y pueden tratarse con éxito. Si estás experimentando alguno de estos problemas, habla con tu médico o un terapeuta sexual para obtener ayuda. La buena noticia es que hay una amplia variedad de tratamientos y estrategias que pueden ayudar a mejorar la salud sexual y el bienestar general de las mujeres.

Entre los problemas sexuales femeninos más frecuentes tenemos

  • Pérdida del deseo sexual
  • Pérdida de la excitación
  • Problemas para lograr el orgasmo
  • Dolor durante las relaciones sexuales.

Para identificar las razones detrás toda disfunción sexual, hay que considerar factores físicos y psicológicos, incluyendo la relación de una mujer con su pareja.

Problemas sexuales femeninos mas frecuentes
Problemas sexuales femeninos más frecuentes 2

Pérdida del deseo sexual

La pérdida de deseo, o la falta de deseo sexual, afecta a algunas mujeres en determinados momentos de la vida, como el embarazo o en momentos de mucho estrés. Sin embargo, algunas mujeres lo experimentan todo el tiempo. Esta es una de las causas ms frecuente de problemas sexuales femeninos

La falta de deseo sexual puede tener una variedad de causas físicas o psicológicas, incluyendo la diabetes, depresión, problemas de pareja, trastornos hormonales, el exceso de alcohol y drogas, cansancio, y la experiencia sexual traumática anterior.

El deseo sexual también puede caer si los niveles de testosterona naturales de la mujer caen. La testosterona se produce en los ovarios y las glándulas suprarrenales, por lo que los niveles pueden disminuir si estas glándulas se eliminan o si no están funcionando correctamente.

La pérdida del deseo sexual en las mujeres es uno de los problemas sexuales femeninos puede ser causada por una variedad de factores, tanto físicos como emocionales.

Algunas de las causas más comunes incluyen:

Cambios hormonales: Las fluctuaciones hormonales pueden afectar el deseo sexual de una mujer. Por ejemplo, durante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen, lo que puede causar sequedad vaginal, disminución del deseo sexual y otros síntomas relacionados con la sexualidad.

Problemas de salud: Ciertas afecciones médicas, como la diabetes, la hipertensión arterial, la depresión y la ansiedad, pueden afectar el deseo sexual en las mujeres.

Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antidepresivos y los anticonceptivos hormonales, pueden disminuir el deseo sexual en las mujeres.

Estrés y ansiedad: El estrés crónico y la ansiedad pueden afectar negativamente el deseo sexual en las mujeres. El estrés también puede reducir la capacidad de una mujer para experimentar placer sexual.

Problemas en la relación: Las dificultades en la relación con la pareja, como la falta de comunicación, la falta de conexión emocional y los conflictos, pueden afectar el deseo sexual en las mujeres.

Experiencias pasadas negativas: Las experiencias sexuales negativas, como el abuso sexual o la violencia sexual, pueden afectar el deseo sexual en las mujeres.

Es importante señalar que la pérdida del deseo sexual en las mujeres es un problema común y puede tratarse con éxito. Si estás experimentando una disminución en tu deseo sexual, habla con tu médico o un terapeuta sexual para obtener ayuda. Ellos pueden trabajar contigo para determinar la causa subyacente de tus problemas y desarrollar un plan de tratamiento efectivo.

Problemas para lograr el orgasmo

Este se puede dividir en dos tipos:

  • Anorgasmia primaria (cuando una mujer nunca ha tenido un orgasmo)
  • Anorgasmia secundaria (cuando una mujer ha tenido algún orgasmo en el pasado, pero no lo puede lograr ahora).

Algunas mujeres no necesitan tener un orgasmo para disfrutar del sexo, pero la incapacidad para alcanzar el orgasmo puede ser un problema para algunas mujeres y sus parejas.

Razones por las que una mujer no puede tener un orgasmo pueden incluir:

  • El miedo o temores.
  • La falta de conocimientos sobre el sexo, siendo incapaz de “dejar ir”,
  • Insuficiente estimulación para lograrlo
  • Problemas de pareja
  • Trastornos del estado de ánimo (por ejemplo, depresión)
  • Experiencia sexual traumática anterior.

Se están realizando investigaciones en ciertas condiciones médicas que afectan a la sangre y la inervación del clítoris para ver si esto afecta el orgasmo.

La terapia psicosexual puede ayudar a una mujer a superar problemas de orgasmo. Se trata de explorar sus sentimientos sobre el sexo, su relación y ella misma.

La masturbación puede ser una buena opción para aprender lo que es un orgasmo

Dolor al contacto sexual

Dolor durante las relaciones sexuales (también llamado dispareunia) es común después de la menopausia como los niveles de estrógeno disminuyen y la vagina se siente seca al no haber suficiente lubricación. Esto puede afectar el deseo de una mujer para el sexo, pero hay cremas que pueden ayudar.

El vaginismo es cuando los músculos de la vagina sufren espasmos impidiendo la penetración y haciendo que las relaciones sexuales sean dolorosas e imposibles. Esta condición puede ser muy molesto y angustiante.

El vaginismo puede ocurrir si la mujer asocia la relación con dolor en el sexo o ser “algo malo”, si es que ha tenido un traumatismo vaginal por violencia como la violación o experiencia desagradable en el parto o una episiotomía traumática), problemas de pareja, miedo al embarazo, o condiciones dolorosas de la vagina y sus alrededores.

A menudo puede ser tratado con éxito al enfocarse en la educación sexual, la orientación y el uso de dilatadores vaginales. (Dilatadores vaginales son formas cilíndricas que se insertan en la vagina). Una mujer los va utilizar gradualmente los tamaños más pequeños hasta llegar a tamaño más grande que se puede insertar cómodamente.

Las mujeres que han sufrido la mutilación genital femenina (práctica muy frecuente en África) donde los genitales femeninos se cortan deliberadamente produciendo heridas daños severos a los genitales, no hay ninguna razón médica para que esto se haga, esta condición puede resultar en un coito difícil y doloroso para tener relaciones sexuales. La mutilación genital también puede resultar en disminución del deseo sexual y una falta de sensación placentera.

Causas más frecuentes de problemas sexuales femeninos

Los problemas sexuales suelen desarrollarse cuando tus hormonas están bajas, como después de tener un bebé o durante la menopausia.

Las enfermedades graves, como el cáncer, la diabetes o la enfermedad del corazón y de los vasos sanguíneos (cardiovascular), también pueden contribuir a la disfunción sexual.

Factores físicos

Muchas afecciones médicas, entre ellas cáncer, insuficiencia renal, esclerosis múltiple, enfermedad cardíaca y problemas con la vejiga, pueden conducir a la disfunción sexual.

Ciertos medicamentos, entre ellos los antidepresivos, los medicamentos para la presión arterial, los antihistamínicos y los medicamentos de quimioterapia, pueden disminuir el deseo sexual y la capacidad del cuerpo de experimentar un orgasmo.

Factores hormonales

Los niveles de estrógeno menores tras la menopausia conducen a cambios en los tejidos genitales y la respuesta sexual. Producen problemas sexuales femeninos

La disminución de estrógeno conduce a una reducción del flujo sanguíneo hacia la región pélvica, lo que puede generar menos sensibilidad genital y también la necesidad de más tiempo para la excitación y lograr el orgasmo.

El revestimiento vaginal también se adelgaza y se vuelve menos elástico, en particular si no eres sexualmente activa. Estos factores pueden conducir al coito doloroso (dispareunia). El deseo sexual también disminuye con la disminución de los niveles hormonales.

Los niveles hormonales de tu cuerpo también cambian luego de dar a luz y durante la lactancia, lo cual puede conducir a la sequedad vaginal y puede afectar tu deseo de mantener relaciones sexuales.

Factores psicológicos y sociales

La ansiedad o depresión no tratada pueden provocar o contribuir a los problemas sexuales femeninos, al igual que el estrés a largo plazo y los antecedentes de abuso sexual. Las preocupaciones del embarazo y las demandas de ser una madre nueva pueden tener efectos similares.

Los conflictos de larga data con tu pareja (en relación con el sexo u otros aspectos de la relación) también pueden disminuir tu respuesta sexual. Los temas culturales y religiosos, y los problemas con tu imagen física también pueden contribuir.

Factores que pueden aumentar el riesgo de tener disfunción sexual:

  • Depresión o ansiedad
  • Enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos
  • Trastornos neurológicos, como una lesión de la médula espinal o esclerosis múltiple.
  • Trastornos ginecológicos, como atrofia vulvovaginal, infecciones o liquen escleroso.
  • Ciertos medicamentos, como los antidepresivos o los medicamentos para presión arterial alta
  • Estrés emocional o psicológico, en especial con respecto a la relación con la pareja
  • Antecedentes de abuso sexual

Como hacer el diagnóstico de los problemas sexuales femeninos

Para establecer la causa de los problemas sexuales femeninos, un médico o terapeuta tendrán que hacer preguntas acerca de su historial médico, social y sexual.

Su médico puede realizar estudios para diagnosticar las condiciones médicas subyacentes. Si su problema está relacionado con la falta de hormonas como la testosterona o estrógeno, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede ayudar.

El tratamiento de otras enfermedades como la diabetes o la depresión también puede aliviar los síntomas de la disfunción sexual. En muchos casos, la terapia sexual puede ayudar.

Hable con su pareja acerca de sus problemas sexuales, ver a un terapeuta juntos puede ser de gran ayuda. No se avergüence. Muchas mujeres experimentan problemas sexuales femeninos y hay maneras de conseguir ayuda.

Conclusión

Los problemas sexuales femeninos son una realidad común que afecta a muchas mujeres en algún momento de sus vidas. Estos problemas pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida y la salud mental de las mujeres, así como en sus relaciones íntimas.

Es importante que las mujeres se sientan cómodas hablando sobre sus problemas sexuales con su médico o un terapeuta sexual. A menudo, estos profesionales pueden ayudar a determinar la causa subyacente de los problemas sexuales de una mujer y desarrollar un plan de tratamiento efectivo. Además, las mujeres pueden tomar medidas para mejorar su salud sexual, como practicar una buena higiene íntima, mantener una comunicación abierta con su pareja y explorar técnicas de relajación y estrés para mejorar su bienestar general.

Al abordar los problemas sexuales femeninos de manera abierta y honesta, las mujeres pueden tomar el control de su salud sexual y mejorar su calidad de vida y su bienestar emocional. Recordemos que no hay vergüenza en buscar ayuda para superar estos problemas, y que siempre hay opciones de tratamiento disponibles para ayudar a las mujeres a recuperar su satisfacción y placer sexual.

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