Utilizados para absorber el flujo menstrual, los tampones también conocidos como “tampax” al asociarlos con la marca comercial de Procter & Gamble que nació en los años 50, siguen siendo una de las opciones más populares entre las mujeres alrededor del mundo por su comodidad.
Están hechos de algodón suave o a base de rayón presionado para formar una forma cilíndrica, de modo que se pueden insertar fácilmente en la abertura de la vagina. Con diferentes tamaños y capacidades de absorción, un tampón se encarga de embeber el flujo menstrual o sangre, antes de que tenga la oportunidad de abandonar el cuerpo.
A diferencia de las almohadillas o toallas sanitarias, que se usan en las prendas íntimas, los tampones se usan dentro de su cuerpo. Y al capturar el flujo antes, hay menos posibilidades de un accidente, lo que significa mayor libertad y confianza para hacer distintas actividades.
¿Cómo se usan los tampones?
Una de las dudas más frecuentes de quienes nunca los han comprado, tiene que ver con su uso correcto y colocación. Si bien puede parecer complicado, en realidad es un procedimiento sencillo, si se siguen las instrucciones correctamente.

Por supuesto, la primera regla de oro es asegurarse de tener las manos impecables para continuar con los siguientes pasos:
- Desenvolver el tampax con aplicador y encontrar una posición cómoda. Algunas mujeres recomiendan pararse con las rodillas ligeramente dobladas o intentar poner un pie sobre la bañera o el asiento del inodoro.
- Sostener con firmeza el aplicador de tampones por el agarre antideslizante con el pulgar y el dedo medio. Es importante buscar las pequeñas marcas de agarre.
- Con la cuerda de extracción colgando hacia abajo, insertar el tubo exterior del aplicador de tampones en la vagina en un ligero ángulo hacia arriba.
- Deslizar suavemente el aplicador en la vagina. Con el dedo índice, empujar el tubo interior hasta el fondo en el tubo exterior hasta que los extremos de ambos tubos estén nivelados.
- Retirar el aplicador sujetando firmemente el tubo exterior y sacándolo con suavidad, dejando el tampón dentro del cuerpo y el cordón colgando afuera listo para retirarlo.
Un detalle importante es que si se siente un poco de incomodidad después de colocado el tampón, es muy probable que se deba a que no se colocó lo suficiente o correctamente.
Cuando el tampón se inserta correctamente, no se sentirá nada.
¿Cuáles son los riesgos del tampones?
En líneas generales, los tampones son seguros y no conllevan mayores riesgos. Sin embargo, en raras ocasiones han sido asociados con el Síndrome de Shock Tóxico (SST).
El síndrome del shock tóxico (SST) por tampones es una afección rara pero grave que puede ocurrir cuando se utilizan tampones durante el período menstrual. Es causado por una bacteria llamada Staphylococcus aureus, que puede producir una toxina que causa una respuesta inflamatoria en el cuerpo.
Los síntomas del SST por tampones incluyen fiebre alta, erupción cutánea, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, mareo y desmayos. En casos graves, el SST por tampones puede causar falla en varios órganos y puede ser potencialmente mortal.
El riesgo de desarrollar el SST por tampones se puede reducir siguiendo algunas precauciones, como usar la menor absorción de tampones posible, cambiarlos con frecuencia (al menos cada 4 a 6 horas), lavarse las manos antes de insertarlos y retirarlos, y considerar el uso de alternativas como toallas sanitarias, copas menstruales o compresas de tela.
Es importante buscar atención médica inmediata si experimentas síntomas de SST por tampones mientras estás usando tampones o poco después de usarlos. Si tienes antecedentes de SST por tampones, es importante hablar con un profesional de la salud para determinar si debes evitar el uso de tampones en el futuro.
No obstante, es posible disminuir al máximo el riesgo de desarrollar SST al seguir las siguientes recomendaciones:
- Lavarse bien las manos antes de insertar o retirar el tampón
- Asegurarse de que las uñas no estén afiladas o dentadas para evitar rasgarse la piel
- Cambiar los tampones al menos cada 4-6 horas o más a menudo si es necesario.
- Saber elegir la absorción de tampones correcta.
- Alternar entre el uso de la almohadillas o toallas y el tampón.
¿En qué momentos es mejor usarlos?
En cuanto a la edad, es posible empezar a usar tampax tan pronto como se tenga el primer período, lo que es variable dependiendo de cada adolescente. Pero en lo que respecta a las ocasiones, en realidad funcionan para todo momento.
Los tampax pueden dar la libertad de continuar con actividades cotidianas y también recreativas, como por ejemplo nadar, correr, andar en bicicleta. Esto sin mayores inconvenientes.
Es innegable que para las mujeres activas, para las deportistas y aquellas con agendas ocupadas, usar un tampones tiene ventajas sobre las almohadilla o toallas.
¿Una mujer virgen puede usar el tampax?
En torno al uso de los tampones y a quiénes pueden usarlos existen muchos mitos e informaciones que no son necesariamente acertadas.
Para una mujer que no ha tenido sexo puede ser molesto usarlo, ademas de el temor que le va producir romper el Himen y perder la virginidad, por estos puntos yo no lo recomiendo que lo use ninguna mujer que no ha tenido actividad sexual, aunque en alguna bibliografía lo recomiende.
Y para mayor seguridad es importante saber que:
- Una vez que una niña comienza a menstruar, puede usar tampax. Pero el mejor consejo es preferir la absorción delgada o regular cuando usa por primera vez.
- Una mujer que sea propensa a sufrir infecciones urinarias o vaginales no debe utilizar tampones, sino más bien preferir otros métodos.
- Las pacientes que estén recibiendo tratamiento para infecciones vaginales deben alejarse de los tampones como métodos de absorción del flujo menstrual.
- Para las mujeres que sufren de resequedad vaginal tampoco es recomendable el uso de tampax.
Conociendo todos los detalles sobre los tampax, incluyendo los beneficios, formar correcta de aplicación y posibles riesgos, en realidad el uso es una decisión personal, en función de las necesidades de cada mujer, tomando en cuenta comodidad y conveniencia.
Conclusión
Los tampax son una opción común y conveniente para la gestión del período menstrual. Sin embargo, existe un riesgo potencial de desarrollar el síndrome del shock tóxico (SST) por tampones, una condición grave pero rara causada por una bacteria que produce una toxina.
Para reducir el riesgo de SST por tampones, es importante usar la menor absorción posible, cambiar los tampones con frecuencia, lavarse las manos antes de insertar y retirarlos, y considerar el uso de alternativas como toallas sanitarias, copas menstruales o compresas de tela. Además, si experimentas síntomas de SST por tampones mientras los estás usando o poco después de usarlos, es importante buscar atención médica inmediata.
En general, los tampones son una opción personal para la gestión del período menstrual, y cada mujer debe determinar si son adecuados para ella. Es importante seguir las recomendaciones de uso y mantener una buena higiene para reducir el riesgo de infecciones y otras complicaciones.