La piel alergica ó piel sensible es un fenómeno complejo, en ocasiones difícil de diagnosticar. Estas suelen presentar una respuesta exacerbada frente a determinados productos o situaciones que son bien toleradas por las pieles normales. Asimismo, estas pueden presentar varias manifestaciones subjetivas como: picor, escozor, tirantez, calor, ardor o falta de confort. Del mismo modo, suelen tener ciertas manifestaciones palpables como: la descamación.

Existen muchos factores que pueden ocasionar su aparición o agravamiento, entre ellos están:
- El clima
- La contaminación
- El uso de cosméticos inadecuados
- El estrés
- La fatiga
- Alimentación desequilibrada.
Las principales causas de la piel intolerante son fundamentalmente de base genética y ambiental.
En cuanto al factor ambiental se encuentran tanto las reacciones ocasionadas por contacto como aquellas que aparecen sin necesidad de contacto, aquí se incluyen: la baja humedad y los cambios bruscos de temperatura.
La sensibilidad de la piel puede ser natural debido que esta al ser fina o seca puede enrojecerse fácilmente o reactiva, que ocurre cuando la piel reacciona enrojeciéndose ante el frío, el sol, el viento, cuidados de higiene inadecuados o también tratamientos como el peeling que pueden ser realizados en diferentes centros de estética.
Tips para cuidar de manera correcta la piel sensible
- Se debe mantener una buena hidratación para así mejorar el aspecto de la piel y además protegerla de posibles agresiones externas. Es recomendable hidratar la piel del rostro por la mañana y por la noche, antes de dormir, y la del cuerpo luego de cada ducha.
- Es de suma importancia proteger nuestra piel del sol, de esta manera, se evitará también la aparición de manchas solares. Asimismo, los rayos del sol están entre los principales responsables de la piel sensible, es por ello, que se aconseja utilizar protector solar.
- Los productos de belleza y cosméticos que se utilicen deben adaptarse totalmente a las pieles sensibles, es decir, deben respetar el equilibrio natural de la piel y no pueden contener ni alcohol ni conservantes. Además, se recomienda bañarse con agua tibia y reducir el tiempo de la ducha.
- Se debe seguir diariamente una rutina de limpieza. Hay que evitar frotar puesto que los movimientos agresivos irritan la piel, por ejemplo, la exfoliación solo es recomendable una vez por semana. De igual manera, hay que tener precaución con los productos que vayan a utilizar debido a que la piel puede reaccionar de negativamente al uso de algunos jabones.
- Por otra parte, se aconseja practicar algunos ejercicios de relajación con la finalidad de huir del estrés y la fatiga puesto que la piel reacciona con brotes y erupciones ante estas situaciones. También se debe evitar el consumo de comidas especiadas y productos excitantes puesto que estos empeoran los síntomas de una piel sensible.
Sensibilidad de la piel
Las piel sensibles son aquellas cuya barrera cutánea es débil y permeable.
Esto permite que los agentes irritantes externos penetren con mayor facilidad y genera también una mayor pérdida de agua por evaporación, es decir, son pieles que tienden a la deshidratación y la sequedad. Asimismo, aunque las pieles sensibles y las alérgicas son fenómenos diferentes, en ocasiones es complejo determinar un diagnóstico correcto debido a que algunos de sus síntomas son similares.
De igual forma, para establecer o descartar una alergia hay que realizar determinadas pruebas médicas que nos lleven a descubrir la causa correcta.
¿En qué se diferencia la piel alérgica de la piel sensible?
En las pieles alérgicas está implicado el sistema inmunológico. Existen distintos tipos de alergias: ambientales, medicamentosas, alimenticias, entre otras. En el caso de las piel sensible, ocurre una respuesta inmediata y concreta de la piel frente a una sustancia irritante.
Sin embargo, en ambos casos se va a generar una alteración de nuestra barrera cutánea protectora y también una liberación de sustancias irritantes, lo que da lugar a que aparezcan síntomas como el picor o el ardor. Si no atajamos este “círculo vicioso”, nuestra piel estará cada vez más desprotegida y expuesta a los agentes que la irriten haciéndola mucho más frágil y sensible.
La piel alérgica transcurre por dos etapas. La primera, la fase de sensibilización al alérgeno, es cuando la sustancia reconocida como “extraña” se pone en contacto con la piel o el organismo y empiezan a crearse “anticuerpos” para lograr combatirla. En la siguiente etapa conocida como fase de expresión retardada, se genera la reacción alérgica, la piel se inflama, se enrojece y empiezan a aparecer costras y fisuras.
Recomendaciones para el cuidado de la piel alérgica
- Evita el exceso de humedad, es decir, intenta no pasar tanto tiempo en la bañera o en la ducha. Hidrata tu piel diariamente debido a que esto te ayudará a lograr una piel sana. De igual forma, al igual que para la piel sensible utiliza productos y cosméticos sin perfumes, alcohol ni conservantes.
- Es de suma importancia desmaquillarse a diario y asegurarse de eliminar cualquier tipo de impurezas. Recuerda elegir un tónico higiénico que respete completamente la estabilidad de tu piel. Además, pon atención a los ojos debido a que esta zona es muy delicada y sensible.
- Evita el exceso de sudor: En época de frío o colar trata de no abrigarte demasiado y si haces ejercicio usa la ropa más ligera posible También se recomienda no utilizar ropas ásperas de nylon, lycra o lana directamente sobre la piel.
- Los champús para el cabello deben aplicarse en forma separada del baño normal, especialmente si existen lesiones activas para que el mismo no escurra sobre la piel lesionada. Asimismo, se debe tratar de utilizar los menos agresivos para nuestra piel, como los de bebé.
- De igual manera, se aconseja tratar de no consumir bebidas como el café, el alcohol o el té negro puesto que estos provocan una reacción inmediata en nuestra piel porque es como si enviaran una señal de alarma. Se deben elegir alimentos depurativos como las zanahorias o las espinacas debido que son fundamentales para reforzar la barrera de la piel.
Conclusiones
Es totalmente normal que hoy en día exista cierta confusión entre lo que es una piel alérgica y una sensible. Lo que realmente importa es que si ves que tu piel “reacciona” frente algún factor, visites a un médico dermatólogo para así obtener un buen diagnóstico y además contar con un tratamiento adecuado que logre solucionar dicho problema.